miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ella soñará un verso que él nunca escuchará.


Cuando caiga la tarde,
lo verás salir
arrastrando de casa
el calor del hogar.

Cortará alguna flor,
besará a su mujer,
perseguirá la estela
de un cometa fugaz.


Miran al cielo y piden un deseo:
contigo la noche más bella.
Amores imposibles
que escriben en canciones
el trazo de una estrella.
Cartas que nunca se envían.
Botellas que brillan
en el mar del olvido.
Nunca dejes de buscarme
la excusa más cobarde es culpar al destino.


Cuando salga de clase, lo volverá a encontrar
Él, dulce calavera.
Él, corsario de barrio.

Ella, dulce muñeca.
Ella, seria y formal.

Él no escucha el rumor
de sus alas si pasa a su lado.

Pobre Blancanieves,
nuestro príncipe prefiere a la madrastra,
a la mala del cuento.

Él será la manzana
donde duerme el veneno.
Ella soñará un verso
que él nunca escuchará.

Él no trepará sus trenzas una noche
de invierno.

Ella soñará un viaje y no habrá despedidas.
Ni canciones de amor,
ni Capuleto y Montesco.

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